¿Superhéroe o cuidador?

En muchas ocasiones no somos del todo conscientes de la carga que viven a diario los cuidadores de personas dependientes. Solemos pensar en lo que acarrea cuidar a una persona día y noche a nivel físico, el cansancio, o a nivel de tiempo, ya que suele ocupar la mayor parte de la jornada del cuidador. Pero no solemos tener tan presentes las consecuencias que tiene a nivel psicológico para la persona que lleva a cabo esta tarea.

Para poder cuidar de otras personas primero nos tenemos que cuidar a nosotros mismos

Hay muchos casos en los que este papel, tan necesario en las familias y en la sociedad, provoca en la persona que lo desempeña un daño excesivo. El Síndrome del cuidador es una respuesta inadecuada que tienen algunas personas ante la situación de estrés emocional que viven a diario.

Algunas de los síntomas que viven aquellos que lo sufren son:

  • Problemas físicos no aplicables a otras causas, como dolores en músculos y huesos, de cabeza, insomnio o problemas de estómago, entre otros.
  • Cambio en su carácter, perdiendo los nervios con mayor facilidad, estando irritables y en ocasiones pensando en dejar su labor.
  • Disminución del afecto, utilizando la ironía para evadirse de la realidad y distanciándose tanto de la persona que cuidan como de su entorno más cercano.
  • Es habitual el abuso de drogas o fármacos para conseguir paliar los efectos de la situación.
  • O problemas para concentrarse, olvidos que antes no tenían y permanecen en la duda constante de si están o no haciendo las cosas bien.

Como es lógico, vivir toda esta sintomatología es muy duro y aún lo es más mientras se es el cuidador principal de una persona dependiente. Pero no debemos olvidar que para poder cuidar de otras personas primero nos tenemos que cuidar a nosotros mismos. Por ello, algunos de los primeros pasos a dar son:

  • Darse cuenta de que hay un problema.
  • Involucrar a otros cuidadores que ayuden al cuidador principal, que le releven.
  • Hablar de la evolución de la persona dependiente con otras personas u otros cuidadores.
  • No descuidar las comidas, ni las horas de sueño y descanso.
  • Aumentar el tiempo de ocio de forma progresiva es fundamental: dedicando tiempo a actividades de ocio que se realizan individualmente como las que se realizan con otras personas, como quedar con amigos o a actividades colectivas.
  • Si te sientes frustrado, cansado, impotente, háblalo con otras personas, familiares, amigos. No es un defecto, al contrario, es una gran virtud expresar cómo te sientes.

 

Si te has sentido identificado con el artículo, te interesa saber más sobre el cuidado de los cuidadores o quieres contactar con una psicóloga en Madrid u online, hazlo llamándome al 695306662 o enviándome un correo a contacto@psicologacarmenespinosa.com

 

 

Carmen Espinosa Pintos
Carmen Espinosa Pintos

Psicóloga en Madrid

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