Los prejuicios no nos dejan disfrutar la diversidad

En situaciones cotidianas surgen choques en nuestra cabeza, que nos hacen plantearnos nuestro modo de comportarnos como sociedad.

Viajando en el metro he visto una situación muy desagradable, pero frecuente. Una persona de las muchas que a diario caminan por los transportes de Madrid estaba pidiendo comida. Después de unas cuantas paradas, un par de personas le han mirado despectivamente y han chismorreado. Decían algo como que le den un trabajo y se levante pronto como yo y verás como no lo hace. A lo que un amigo de la persona que chismorreaba ha añadido, ‘Para qué lo va a hacer, si gana más aquí’.

Porque todos somos esa y esta gente, somos la gente

No concibo cómo las personas somos capaces de prejuzgar tan a la ligera, mirar a la persona que tenemos enfrente por encima del hombro y ponernos nosotros mismos la medalla de ‘Soy mejor que tú’. ¿Por qué hablaremos sin tener idea de las cosas o, lo que es peor aún, de las personas? ¿Es porque nos da tanto miedo la diferencia que la convertimos en defecto para calmarnos?

¿De verdad estamos tan seguros de que no podemos ser una sociedad mejor, que dé cabida a todas las personas? Creo que el primer error es considerar a una persona que me parece diferente, esa gente. Porque todos somos esa y esta gente, somos la gente. Entre todos compartimos diferencias y similitudes. La sociedad y la vida no tendría sentido sin ellas.

Por supuesto no sólo hablamos de la persona que viaja en el metro y la persona que pide allí. Hablamos de mujeres con vagina, agnósticas, personas negras, europeos, mayores, personas con discapacidad, cristianos, gitanas, hombres con vagina, africanos, universitarios, adolescentes, americanos, hombres con pene, asiáticas, personas que no saben leer, musulmanes, mujeres con pene, gitanos … y así hasta llegar a todas las personas que formamos parte de la sociedad.

Hace poco recordaba un corto de Pixar que viene muy al pelo de este tema. Se llama For the birds y en él se ven muy claramente cómo funcionan los prejuicios y las falsas impresiones. Nos da una lección sobre cómo no debemos actuar. Todos ganaríamos mucho más si en lugar de enjuiciar antes de tiempo, nos diéramos un tiempo para conocer a las personas.

 

¿Aún seguimos pensando que no podemos ser una sociedad mejor?

 

Éstas son algunas ideas relacionadas con los prejuicios y nuestra sociedad. Si al leer el artículo te ha surgido alguna duda o quieres contactar con una psicóloga en Madrid u online, hazlo llamándome al 695306662 o enviándome un correo a contacto@psicologacarmenespinosa.com

 

 

Carmen Espinosa Pintos
Carmen Espinosa Pintos

Psicóloga en Madrid

Deja un comentario

Al realizar un comentario en este blog aceptas su Política de Privacidad

Responsable: Carmen Espinosa Pintos

Finalidad: Moderar los comentarios

Legitimación: Tu consentimiento

Destinatarios: Tus datos los guardará 1and1, mi sistema de comentarios (acogido al acuerdo de seguridad EU-US Privacy)

Derechos: Tendrás derecho a acceder, rectificar, limitar y suprimir tus datos

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad